Luego de la cancelación de Iron Fist, comenzó una seguidilla de series de personajes de Marvel canceladas por Marvel y Netflix, situación que generó mucho revuelo entre los fans.
Si bien en un comienzo se especulaba que se trataba de diferencias creativas o baja audiencia, finalmente parece que todo se redujo al dinero:
“Digámoslo de forma simple: Netflix no tenía ningún contrato de propiedad sobre ninguna de sus series de televisión de Marvel. Cada una de las seis series de Marvel era de Disney. Netflix pagó a ABC Studios una (alta) tasa de licencia por cada temporada de sus respectivas series. Aunque esas tasas de licencia llenaron las arcas de Disney, la Casa del Ratón, como otros conglomerados incluido Netflix, está cada vez más centrada en poseer su propio contenido. Y lo que es más, Disney está cada vez más centrada en llenar su próximo servicio, Disney+, con contenido y ya anunciaron en agosto de 2017 planes de quitar sus películas Marvel de Netflix. Los directivos de Disney y Marvel también han indicado que lo que se ha cancelado en Netflix podría vivir de nuevo en Disney+.”
De esta forma, el articulo parece indicar que todo fue un movimiento provocado por el mismo Disney en su plan por obtener todas las series y agruparlas junto al UCM para luego re-lanzarlas en plataformas de su misma compañía como serían Disney+, ABC, Hulu u otras plataformas.
Inicialmente la cancelación de Iron Fist pudo ser confusa ya que la buena o mala aceptación del público podía ser una excusa lógica, pero el hecho de cancelar series de gran éxito como Daredevil, Jessica Jones o Punisher, para luego anunciarse el lanzamiento de Disney+, confirmó la teoría del plan maestro.
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