Una de las noticias más llamativas de este fin de semana fue el anuncio de que Tim Miller dejaría su lugar para la secuela de Deadpool y al parecer se confirmó lo que se especulaba, diferencias creativas con Ryan Reynolds.
Afirman que el principal foco de conflicto fue el tono que tendrá la secuela y quién daría vida a Cable, la incorporación más importante de esta segunda parte:
“Miller, que posee un estudio de efectos visuales y que nos han dicho que hizo gran parte del trabajo de pulido de la Deadpool original de forma gratuita, quería una secuela más estilizada, mientras que el actor se centraba más en el estilo de comedia atrevida que consiguió que la primera película fuese clasificada R. El tema del reparto también acabó siendo un quebradero de cabeza debido a la rumoreada participación de Kyle Chandler. Miller quiso que la estrella de Bloodline interpretase a Cable, mientras que Reynolds no. Al final, el estudio respaldó a su estrella comercial, y el hombre detrás de las cámaras recogió sus bártulos.”
Si bien parecía que ambos tenían una buena relación durante el rodaje, al parecer no era tan así, algunos medios afirman que era bastante aspera y que había difícil comunicación entre ambos.
Por otra parte y dando más fuerza a esto, Ryan renegoció su contrato para Deadpool 2, donde pidió tener voz y voto para tomar decisiones creativas y sobre el casting.
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